En un post anterior, me preguntaban si la panorámica 6×17 era simplemente lo que parecía o tenía más secretos. No hay secreto. Cuanto mejor, más usable y más perfecta sea tu cámara, mejores resultados obtendrás. El único secreto consiste en hacer las cosas bien, y para que se vea, ahí van los puntos claves a tener en cuenta cuando construyes tu cámara:
Precipitación. Esta cámara la hice en un arrebato con lo primero que pillé por casa. Por tanto, sus dimensiones no acaban de ser las que deberían y los acabados dejan mucho que desear. Usé tablero de madera del gordo, mucha masilla NURAL, restos de parquet y ni se sabe qué mas porquerías. No lo hagáis. En mi caso tiene un pase, porque soy así. Si vais a hacer una cámara, o un huevo frito, aseguraros de que teneis todos los ingredientes antes de empezar.
Flexibilidad. Me gusta poder tirar a 1/2 segundo sin trepidaciones ni movimientos de cámara. Te permite hacer incluso retratos, si tienes suerte y el modelo se comporta.
Por lo tanto, lo de poner-quitar un cartoncito para tapar el estenopo no acaba de convencerme, aparte de que es un poco chusco. Por eso me inventé un disparador hecho con un muelle de bolígrafo y un trozo de plástico fijado con un tornillo.
Quedó super chapucero, luego lo he ido refinando, como podéis ver. El sistema funciona de miedo. El tubito protector/embellecedor es un trozo de tubería de riego por goteo. El disparador va fijado con un soporte de cable eléctrico. Como veis hay una pieza de madera que encaja a medida. Los ingredientes: medio euro. La cara que pone la gente cuando le das al botón, no tiene precio.
Usabilidad. Cargar y descargar la película ha de ser factible a plena luz del día. En este caso monté unos tornillos para fijar la película y unos rodillos de cobre que la mantienen tensa.
Para arrastrar el rollo corté la punta de un destornillador -costó un huevo- y lo encajé en un trozo de pasador de plástico que encontré por ahí. Funciona
Todo el tinglado va montado en la tapa para que sea más fácil y accesible
Accesorios. Una mirilla de puerta convenientemente cacheada con cinta negra da una imagen bastante aproximada de lo que vamos a fotografiar y nos permite no ir a ciegas. Sobre todo combinada con el nivel de burbuja situado en la parte superior.
No se ve en la foto, pero fijar en la base una zapata rápida Manfrotto te permite fijar la cámara al trípode sin problemas
No os privéis de nada que es barato: Una ventanilla en la parte trasera os irá de miedo para saber en qué fotograma debes detenerte a la hora de pasar la película:
Distorsión y viñetas. Hay gente a la que le gusta que se vea la imagen supercutre. Incluso hay aplicaciones en el Iphone y presets de Lightroom para simular que tu óptica es un culo de vaso de plástico. Al parecer da un toque artístico a la cosa. En mi caso intento justamente evitar eso. Una imagen de 6×17 cm quedaría deformada y viñeteada si no ponemos remedio. Por eso el soporte de la película es curvado, para que TODA la imagen esté a la misma distancia del estenopo y tengamos un resultado consistente en todo el negativo.
Una vez cargada la película, lo cierras todo a presión
Da un poco más de trabajo al montar la película, pero vale la pena. Como veis, la distorsión es muy pequeña. El viñeteo de la izquierda se debe a un fallo con el obturador que está en vías de ser arreglado:
El estenopo. O agujero, para los profanos. Esta es la madre del cordero. En este caso la distancia focal son 60 mm. Hay tablas en internet que dan el diámetro adecuado, e incluso una aplicación que te ayudará a calcularlo, pero el problema es otro. Una vez sepas que necesitas un diámetro de 0,24 mm, cómo coño lo vas a hacer? So listo? Y es más: una vez lo has hecho, como narices lo compruebas, lo mides, y decides que es el mejor agujero posible para tu máquina? Es bastante fácil, pero esto se está alargando demasiado, o sea que mejor lo dejamos para mañana. La segunda parte, aqui.