Otro cadáver congelado (naturaleza muerta)

diciembre 19, 2009

Hace poco publiqué las fotos del cadáver en la nieve y hubo quien preguntó si el muerto  era de verdad.  Hay mucho morboso suelto, aunque la verdad es que ya me hubiera gustado. El de la sábana no paró de quejarse del frío, y en cambio trabajar con cadáveres auténticos es lo más cómodo que existe. No dan guerra, no se mueven, no se quejan. Lo único malo es el rigor mortis, pero ya se sabe, nadie es perfecto. En esta ocasión tenía que ilustrar la portada de un libro de terror sobre virus mutantes y pandemias planetarias y esas cosas. El cliente quería ver el detalle de la mano de un cadáver.

Por una de esas casualidades tenía acceso a la sala de autopsias de una facultad de medicina, de modo que sólo tuve que elegir la mano en cuestión. Tienen todas las piezas por separado, en cubos de plástico, todo perfectamente organizado, de modo que a las once ya habíamos acabado y hasta pudimos ir juntos a almorzar. Lo que se dice un trabajo fácil.

Pero dura poco la alegría en casa del pobre. A mi cliente le pareció que la foto era demasiado bestia y le iba a espantar la clientela. Opino diferente, pero donde hay patrón no manda marinero, de modo que tuvimos que cambiar de idea. Siempre tengo alguna otra propuesta por si acaso, pero en este caso no se la llegué a enseñar.

Yo pensaba que me podían tumbar la foto por demasiado suave, de modo que la opción B era un poco más gore. Algo me dice que tampoco le hubiera gustado.